Introducción:La competencia del toreo que familiariza por las personas chinas siempre se presenta entre mayo y octubre. Normalmente, la gente de otros países piensa el toreo como un deporte. En realidad, los españoles considera que el toreo es como la cultura y la tradición. En India venera al toro como animal divino, no se puede violar, pero en España las personas están apasionadas por la competición que lucha contra el toro.

　　　En España, la posición del torero es más altos que las artes del espectáculo en general o que las celebridades. Quien tiene más orejas de toro, más alta posición lo tiene. Algunas personas dicen que mientras España existe, el toro no va a desaparecer. Tal vez, nuestras sensaciones por el toro son complejos y perplejos. Si quiere conocer la típica concepto de existencia del toreo, y el deporte como el patrimonio cultural de España, tiene que ir a España para ver un auténtico toreo. La escena conmovedor suficiente para demostrar el toreo tiene una posición importante para el desarrollo de la cultura española.

　　　Toreo es una cultura tradicional nacional; costumbre de una nacionalidad; es mirado como la actividad sagrada por esta nacionalidad, no puede parar. Terminar el costumbre de una nacionalidad no hay ninguna diferencia para eliminar la nacionalidad, ¿esto no es más cruel?

　　　La vida es igual, creo que el toreo no es el puro juego valiente, incluso no está el juego. El toreo actual ya comercializó mucho. Pero más allá, particularmente antes de la guerra civil española no es ésta. En el toreo, el humano también puede morir, el toro se burla del humano, y el humano también burlarse del toro. En el fondo del corazón, todavía conservaba a la pena de la vida, solamente que los espectadores no pueden ver. Pensé eso, la tecnología del toreo solo la apariencia del movimiento, es una clase de arte de la opinión de la vida y de la muerte. Ha llenado la belleza de la contradicción entre la resistencia y el somete. Pensé, si un movimiento se convierte en el patrimonio cultural de un país, debe tener su connotación enérgica, si no, no tenía la vitalidad.